miércoles, 24 de marzo de 2010

SALUD PARA QUIENES ENGENDRAN VIDAS

Por Rodrigo Motas Tamayo

-------------------

La gratuidad y universalidad de los servicios médicos en Cuba como una de las conquistas fundamentales de nuestro proceso socialista, y al alcance de todos, posibilitan a la mujer de manera priorizada elevar su bienestar y preservar su vida.

Desde el mismo triunfo de la Revolución se desarrollan en el país múltiples programas dirigidos a la mujer con el objetivo de abarcar de manera integral su salud, cuya esencia descansa en la prevención y para ejecutarse en la labor comunitaria.

Por mencionar algunos podríamos hablar de Programa Materno – Infantil, detección precoz del cáncer cérvico – uterino, de mamas, hacia una Maternidad y Paternidad Conscientes, atención al Adulto Mayor (que incluye a la mujer adulta), y de Prevención de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).

La mayoría dan prioridad a enfermedades propias de la mujer y a procesos biológicos como el embarazo, la maternidad y el climaterio, y con más actualidad prevalece la tendencia a contemplar en ellos y abarcar además aspectos específicos de género, como aquellos de su vida cotidiana que generan agotamiento y estrés.

Y por otro lado se tiende a tener en cuenta la existencia de factores de riesgo relacionados con sus condiciones de género y se procura involucrar al hombre como es el caso del Programa hacia una Maternidad y Paternidad Conscientes.

Más allá de consultas y tratamientos se ha brindado la posibilidad a la mujer cubana de un conocimiento mayor acerca de su cuerpo, la posibilidad de regular su reproducción y la garantía de acceso a los recursos para ello, aspectos esenciales a la hora de valorar el derecho de las cubanas a una salud sexual y reproductiva.

No es secreto para nadie que la maternidad se ha convertido en Cuba en un asunto de interés social, y en esa dirección se garantizan las condiciones idóneas para que esta se desarrolle de forma óptima, incluidos los aspectos de protección legal como la licencia de maternidad de la mujer trabajadora.

En las últimas cinco décadas, la política social y estrategia de desarrollo económico del gobierno revolucionario cubano, mantienen políticas públicas encaminadas a borrar las barreras culturales, ideológicas, psicológicas, económicas y sociales que mantuvieron siempre a las mujeres en condiciones de subordinación, marginación y secular atraso.

Innegable es que la mujer cubana, muy diferente a lo que pasa aún con otras mujeres del mundo, tiene en nuestra isla su vida y bienestar aseguradas.