lunes, 28 de noviembre de 2016

FIDEL. Paradigma de hidalguía revolucionaria.



Por  Rodrigo Motas Tamayo 
Fotos La Demajagua. 
Difícil es para todo cubano o cubana pensar o aceptar  que Fidel ha muerto, y es que  nos acostumbrados  a verlo o sentirlo sin que  su presencia  fuera  cotidiana en nuestros trabajos u hogares. Por que  Fidel siempre  ha estado y estará con nosotros. 

Por  el,  aprendimos a caminar en un mundo nuevo, y nuestros  pasos  tienen su camino, ese que con luz única  de su grandeza ilumina la obra  que nos legó  y que es compromiso nuestro llevar adelante: la revolución cubana. 

Crecimos con el ejemplo de su humildad  de hombre universal y con su entrega  indiscutible de amor   por los pobres de la tierra. Por que  Fidel  siempre fue así, sencillo, entusiasta, preocupado, paradigma de hidalguía revolucionaria.

Yo lo vi  de cerca. Solo tenía  27  y desde entonces mi juventud de entrega se impregnó de mayores  compromisos para con la patria forjada en La demajagua y la  Sierra Maestra.
Fue en la mañana del sábado  20  de  diciembre de 1986, allá  en Bayamo. Se inauguraba el poligráfico de Granma, ese gran inmueble  donde  radican la Unidad gráfica y la editora  del periódico La Demajagua. 

Lo vi de cerca y parecía inmenso, gigante…y con la impresión de ese encuentro, como uno de los bisoños  de  los tipos, las  letras  y el impreso, me uní  al clamor de pueblo  que desde el traspatio del poligráfico daba victores a la revolución cubana y a Fidel.  

Aquel 20 de diciembre de 1986  admiré más  al hombre que me dio posibilidades de estudios e igualdades sociales en una Cuba nueva  sin ricos o pobres, negros o blancos…

Este  25  de noviembre Fidel ha muerto… y el hombre  que cambió la historia de latinoamericana, Cuba y el mundo aún me impresiona  y lo veo vivo  cuando miro  el hospital Celia Sánchez Manduley, el IPVC Silverto Álvarez, la camaronera de Rio Cauto, el taller  textil de Campechuela, el palacio de pioneros  de Media Luna, los programas  de la revolución y las miles de obras que  el pueblo agradece a Fidel.

Difícil es para todo cubano o cubana pensar o aceptar  que Fidel ha muerto, y es que  nos acostumbrados  a verlo o sentirlo sin que  su presencia  fuera  cotidiana en nuestros trabajos u hogares. Por que  Fidel siempre  ha estado y estará con nosotros.