Un mal que no tiene cabida en casa, y gracias a las conquistas de la Revolución

Por Rodrigo Motas Tamayo rmt
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Cuando el número de casos humanos de la pandemia A H1N1 se incrementa sustancialmente en muchos países, en Cuba el mal no fructifica gracias al control y las medidas preventivas que se aplican y asumen en todo el territorio nacional.
La rápida propagación y contagio de este mortal virus en muchos países ha redefinido la política y estrategias de la Organización Mundial de Salud, en pos de dar una solución global a esa pandemia.
Cuba, si bien no ha podido escapar a la entrada de esta pandemia, si mantiene los índices más bajos de pacientes, en su mayoría extranjeros que arriban al país, y el control ha propiciado que el mal no se propague por la Isla.
Desde que se comenzará hablar de la influenza A H1N1, en esta localidad costera de Granma se activaron los mecanismos pertinentes para contrarrestar su entrada al municipio manzanillero y hasta la fecha es Negativa la existencia de casos infectados.
Ello ha sido posible gracias a una estricta vigilancia y atención sobre extranjeros y otras personas que puedan ingresar al municipio vía aérea, o se hospeden en los hoteles o casas de familia, con el fin de accionar rápidamente ante cualquier eventualidad.
Por otro lado, ingentes esfuerzos educativos se realizan en la concientización de las personas para el estricto cumplimiento de las medidas de higienización de lugares y la personal y la adopción de conductas realmente saludables, camino que contribuye a contrarrestar la amenaza que supone el virus de esta gripe humana.
A ello se une la labor de los Medios de prensa locales y las autoridades sanitarias del municipio, los cuales mantienen sistemáticamente la exhortación para acudir al médico lo más rápido posible, ante síntomas de malestar y fiebre elevada. Casi dos meses después de ponerse en práctica estrategias y medidas asumidas por las autoridades sanitarias del territorio, en conjunto con otros organismos locales, en Manzanillo no se revelan números que indiquen la existencia de ese mal, pero tampoco se baja la guardia ni se abren caminos que posibiliten brechas a la propagación del virus de la Influenza A, ACHE UNO ENE UNO.