martes, 19 de agosto de 2008

Por la integración latinoamericana.

Por Rodrigo Motas Tamayo

"Nos interesa estrechar filas porque los problemas de los pueblos latinoamericanos son comunes" manifestó el Comandante Raúl Castro 49 años atrás en ocasión de participar en la Quinta reunión de cancilleres del continente, efectuada en Chile en 1959, frase que en la actualidad aún se muestra como una necesidad histórica de los pueblos y naciones de la América nuestra.
A nombre del gobierno revolucionario cubano recién triunfante, Raúl manifestó en conferencia de prensa vísperas de tan importante cita gubernamental los firmes propósitos de unidad y colaboración de los hijos de la Mayor de las Antillas, esta misma que el Libertador Simón Bolívar incluía en la Gran Colombia, antecedente para la integración de la América toda como también lo soñara José Martí.
A los pueblos de este continente nos unen nexos indestructibles de cultura, identidad, tradiciones, patriotismo, aspiraciones y luchas por la verdadera independencia, intereses comunes para la nación grande de Bolívar y Martí, como recordara Raúl en Chile aquel 19 de agosto de 1959.
Tras siglos de sosyugamiento colonial y luego marionetas de políticas neoliberales exportadas del imperio, los pueblos latinoamericanos entraron al siglo veintiuno deseosos de hacer realidad la integración de sus naciones en una sola América como soñarán sus más virtuosos hijos.
Por ello, aquellos prematuros ideales de una Gran Colombia, como necesidad histórica para la unidad y fusión de los pueblos en una sola nación, nos resultan en las nuevas condiciones realmente proyectos de ayuda mutua en todos los campos posibles, como educación, salud, economía, la cultura, el deporte y todas las esferas de la vida.
49 años después de las palabras de Raúl Castro en la Quinta reunión de cancilleres del continente, se habla de MERCOSUR, hoy con una visión más sustentada de sus propósitos; el ALBA como amanecer de los pueblos latinoamericanos para su verdadera integración; se habla de solidaridad y ayuda mutua, de hermandad entre los pueblos desde el Bravo a la Patagonia y un camino trazado.
Porque también encuentra razón el pensamiento martiano de que “El deber urgente de nuestra América es enseñarse cómo es (…); y urge porque el día de la vista está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto, para que no la desdeñe”