viernes, 8 de mayo de 2009

Diez de Mayo: Día de las madres: Tu pequeño de antes.

Crónica. Por Rodrigo Motas Tamayo
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Comencé a vislumbrar tu rostro de miel desde la quietud de la cuna mientras tu voz se repartía en los días para brindarme el arrullo de tu cariño.
Crecí entre los primeros pasos de cada abril y comencé a agigantar tu figura entre los trajines de la casa, los CDR y la FMC, siempre diligente ante mis caprichos.
Se me acercaba a los hombros el dintel de la puerta con el paso de los años y seguías siendo la de antes, entre mimos, canciones, severidad y consejos.
Esa fotografía de lo cotidiano, sin cambiar, llenó los días, meses, años con la seguridad de tu regazo y la firmeza de quien sufre con mis tropiezos y se alumbra mientras me yergo.
Y como el poeta, me extendió la mano por el camino de la estrella y no por el del yugo; y cuando esa mano comenzó a llenarse de pecas su voz se hizo más sabia y más hondo el arrullo.
No importa ahora la mitad de una vida vivida, no importa que las hojas del almendro de antaño se caigan y vuelvan a caer, no importa tu corona blanca ni tu sonrisa tenue si niño, adolescente… joven y hombre hoy SIGO SIENDO TU PEQUEÑO DE ANTES.