martes, 5 de agosto de 2008

Vigencia del ideario martiano en la Revolución

Por: Rodrigo Motas Tamayo rmt
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La Revolución cubana ha hecho realidad muchos de los ideales martianos, dándole razón de ser al pensamiento del Maestro cuando abogaba por una revolución radical en la Educación.
Tan atrás como la segunda mitad del siglo XIX, Martí enfatizaba ya que la enseñanza primaria tenía que ser científica, por lo que refería que el mundo nuevo requería de una escuela nueva.
En ese sentido manifestaba: Que se trueque de escolástico en científico el espíritu de la educación y que se combine el estudio con el trabajo para la vinculación del estudiante con la Naturaleza.
Estos cincuenta años evidencian que el ideal martiano tiene miles de ejemplos en la sociedad socialista que se construye, así palpamos como desde sus primeros años se inició la campaña de alfabetización con la que el pan de la enseñanza llegó a los más recónditos puntos de la geografía cubana.
Miles de escuelas se construyeron a lo largo de toda la Isla, y cientos de miles de hijos de obreros, campesinos e intelectuales, sin distinción de razas, obtuvieron el sexto, el noveno y el doce grados, así como otros tantos egresaron de las universidades; todos sin abonar un centavo para pagar los estudios.
Más aún, Martí avizoró la universalización de la Universidad, pensamiento que en la Patria de Villena y Mella florece con esa educación en casi todas las provincias del país, donde no solo se forman hijos de esta tierra sino también de otros pueblos del mundo.
La vinculación del estudiante con la naturaleza y el trabajo encuentra su razón de ser en las escuelas en el campo y el movimiento de pioneros exploradores,las Brigadas Estudiantiles de Trabajo (BET) y las Fuerzas de Acción Pioneril (FAPI) donde niños y niñas, adolescentes y jóvenes se insertan o se ponen en contacto con la actividad útil y el medio ambiente.
El Estado y la Revolución cubana, bajo la guía del martiano Fidel Castro, ha hecho realidad el ideal del Apóstol y dedica grandes esfuerzos y recursos para que aprendamos que ser cultos es el único modo de ser libres.

Vuelvan nuestros cinco compatriotas.

Por: Rodrigo Motas Tamayo
Para los cubanos de hoy el reclamo de libertad para sus cinco compatriotas presos en cárceles del ¨ gigante de siete leguas ¨ constituye una razón impostergable de su cotidianidad.
Luchar por que se haga justicia en los casos de Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, René González y Fernando González es nuestra deuda con quienes han puesto sus vidas al servicio de la patria y por el bien común, y con sus acciones libraron a la isla de actos terroristas fomentados desde Miami.
Estos hombres son personas dignas, altruistas, que no incurrieron en ningún actuar delictivo por lo que no existen razones que justifiquen las condenas perpetradas contra ellos en tribunales del imperio, con procesos amañados e ilegales; por ello, nuestra lucha para que vuelvan no debe cejar y se hace necesario en este camino por la justicia hermanar naciones, pueblos y todos aquellos que respeten la paz, la igualdad y la esperanza.
Para quienes hemos sido objeto de atentados, sabotajes y actos terroristas por más de 49 años la cobardía se esconde en esta injusticia que se prolonga, mientras los verdaderos terroristas como Posada Carriles y otros gozan de impunidad en Estados Unidos.
Se nos hace necesario e imprescindible elevar nuestras voces, extender las manos al amigo de otros pueblos confraternizados con la causa, y los propios norteamericanos, para que se escuche el reclamo de libertad para estos cinco compatriotas, pues con sus condenas se violan las propias leyes de la constitución estadounidense y el derecho internacional.
Estos Cinco Jóvenes Cubanos se encuentran actualmente prisioneros en cárceles de diferentes Estados de la Unión, sometidos a presiones y castigos, con el propósito de doblegarlos y hacerlos traicionar a su Patria.
Alcemos y sumemos nuestras voces a todas las que en el mundo reclaman el regreso inmediato de nuestros cinco hermanos y unamos las manos para legitimizar con ese gesto solidario y fraternal el noble empeño de que la verdad se abra paso y estos héroes de la patria retornen a su país y a sus familias.