jueves, 21 de agosto de 2008

Dayron paró el reloj: Oro pá Cuba.

/Crónica/ Por Rodrigo Motas Tamayo
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Nueve y cuarenta y cuatro de la mañana de este jueves 21 de agosto. Las voces enmudecen, la exclamación retumba en el recinto: el país está paralizado. Silencio total, expectante. Todos los ojos acechan el televisor: el joven guantanamero Dayron Robles se muestra sereno y seguro en su carril seis.
Suena el disparo y en un pestañar de ojos el moreno de 21 años vuela hacia la meta del Nido de Pájaros de Beijing, traspasándola a los 12 segundos 94 centésimas y un amplio margen ante sus seguidores. ¨ Oro pa´ Cuba¨ fue el grito unánime de los presentes en el salón de redacción del Informativo de Radio Granma.
Júbilo compartido en centros de trabajo, esquinas, parques y cuanto lugar es asaltado por un cubano de estos tiempos, amantes de todo tipo de deportes y ahora seguidores de los acontecimientos del duodécimo día de competencias de los 29 juegos Olímpicos de Beijing 2008.
Dayrón sube a lo más alto del podio Olímpico, las notas de nuestro Himno Nacional se esparcen por el repleto estadio chino. La bandera de la estrella solitaria ondea en lo más alto del asta, a sus lados se repliega al viento la de Estados Unidos. Cuba entera cabalga en el pecho de su hijo medallista olímpico.
Y hay razones para ello, las esperanzas depositadas en el atleta descansan en una fructífera trayectoria de altos resultados deportivos. Apenas hace dos meses en la ciudad checa de Ostrava Dayron llevó la marca del orbe a 12.87 segundos, a lo que se une ser el único vallista con menos de 13 segundos por cuatro veces en una misma temporada.
Su primera vez fue el 12 de junio en Ostrava, dos semanas después en Villeneuve-d"Ascq, Francia, marcó 12.96 y el 18 de julio en la competencia de París Saint-Denis el cronometró paró en 12.88. Por último, cuatro días después en Estocolmo, cubrió la distancia en 12.91 segundos. Inaudito, verdad? Pero muy cierto.
En estos 29 juegos olímpicos Beijing 2008, el joven cubano paseó las dos rondas eliminatorias y consiguió la mejor marca de las semifinales, 13.12, posicionándose como el más sólido aspirante a un título que ya en los Juegos de Sydney-2000 consiguiera Anier García.
Con atletas a derecha e izquierda de la talla de los americanos David Oliver y David Payne, así como el francés Ladji Doucouré, y el español Jackson Quiñones, Dayron Robles fue eso, un roble de resistencia para despegar cual bólido y llegar a la meta sonriente y seguro, en esos 12 segundos y 94 centésimas.
Nada, señores, Cuba tiene en Dayron una promesa antillana que ahora con sus solo 21 años escala los peldaños de la gloria, con un camino abierto para poner en alto el nombre de la Mayor de las Antillas en otras competencias mayores del atletismo en el mundo.