martes, 25 de noviembre de 2008

Proa al porvenir

Una crónica de Rodrigo Motas Tamayo rmt
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La embarcación sale de Tuxpan con el silencio de la noche y rostros que solo buscan el horizonte. Es el 25 de noviembre de 1956 cuando 82 hombres se hacen a la mar hacia la Mayor de las Antillas con el compromiso de ser Libres o Mártires.

El ronroneo del motor se diluye entre las voces que se alzan con las estrofas del Himno Patrio y el valor los convierte en voluntad ante las inclemencias del tiempo en el Golfo de Méjico y luego en el Mar Caribe.

Noches y días dura la travesía por la mar embravecida, los rostros refulgen con el verde de los uniformes y la esperanza se abraza cuando las costas de Cuba se levantan en el horizonte y el yate Granma enfila su proa hacia tierra.

Llegan con atrasos con respeto a los planes de apoyo trazados por Fidel con el Movimiento 26 de Julio en la Isla, pero el tiempo indica que llegan justo para emprender la lucha por la verdadera libertad de los cubanos.

El Granma se inmortaliza por Los Cayuelos, cerca del poblado de Niquero, y al igual que las difíciles marchas de los expedicionarios hasta la libertad alcanzada el Primero de Enero de 1959, se funde en hecho e historia a una provincia que toma su nombre para reverenciarlo.

A 52 años de aquella epopeya revolucionaria, las ideas cobijadas en el Granma por sus 82 expedicionarios se han multiplicado en estas cinco décadas y siguen surcando las aguas de la dignidad de un pueblo que avanza victorioso en la construcción de su destino, siempre con la guía de Fidel y el ejemplo de hijos como Ramón, René, Gerardo, Fernando y Antonio.