lunes, 29 de diciembre de 2008

50 años de coraje contra el bloqueo

Por Rodrigo Motas Tamayo
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En las ultimas casi cinco décadas los cubanos han escrito y escriben páginas de coraje y patriotismo ante el más inhumano bloqueo económico, financiero y comercial impuesto contra la isla por Estados Unidos, y crecidos ante las dificultades también son paradigmas de solidaridad con ¨ los pobres de la tierra ¨.
Año tras año los hijos de esta histórica Isla caribeña han sabido crecerse sobre la difícil situación socio-económico generada por esa injusta medida, y en la cotidianidad de estos últimos 50 años han puesto a prueba su entereza de pueblo solidario y combativo en la construcción de una sociedad más justa ¨ con todos y para el bien de todos ¨.
Puede hablarse de Incontables sacrificios y cuotas de voluntad vertidos por los cubanos para enfrentar no solo las adversidades de ese bloqueo si no también sabotajes y atentados a la integridad de sus dirigentes y principales renglones económicos, así como al cierre de sus posibilidades comerciales en el mercado internacional.
No es menos cierto que la fortaleza de los hijos de la Mayor de las Antillas radica en su fidelidad a los principios y la dignidad de una Revolución abonada por la sangre de miles de sus hijos desde aquel 10 de octubre de 1868, un 26 de Julio de 1953, en la lucha en la Sierra Maestra, y en sus muestras de solidaridad con otros pueblos hermanos del planeta.
Tampoco pueden obviarse los daños ocasionados por las inclemencias del tiempo, dígase huracanes como Gustav y después por Ike, que impactaron este año gran parte del territorio nacional y dejaron serias pérdidas en la infraestructura económica y habitacional de la isla, y sobre las que hoy todo un pueblo se yergue victorioso en la construcción de su Socialismo.
En estos cincuenta años la hermandad, estoicismo e imborrables muestras de compañerismo se vivieron y viven en momentos de dificultades, y cada uno de los cubanos es más hermano de su vecino de barrio o de otras provincias, abriendo puertas de sus casas y del corazón para acoger al necesitado, solidaridad que se reparte también con los otros necesitados del mundo.
Y a decir verdad, también los cubanos agradecemos la solidaridad de pueblos hermanos, que en momentos difíciles han estado y están al lado de Cuba y su Revolución, concientes de que sus humanitarios gestos contribuyen a mantener viva la luz encendida por los hijos de la Mayor de las Antillas cincuenta años atrás y porque siga siendo faro para las naciones del mundo.