martes, 2 de agosto de 2016

PRECIOS SOBRE RUEDAS DESORBITANTES…



Rodrigo Motas Tamayo 
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Las alteraciones de los precios en los camiones particulares de pasajeros para quienes se trasladan de unos municipios a otros en la provincia Granma, resultan un hecho cotidiano que mucho llama la atención y exige  el análisis de quienes en las más de veces, como pasajeros, nos convertimos en cómplices de esos desmanes.
Resulta  que  si  usted aborda un camión en San Ramón con destino a Manzanillo, le cobran cinco pesos por el viaje, pero al  recoger ese mismo transporte personal en Campechuela el precio del pasaje se mantiene invariable vaya para donde vaya, lo que no resulta justo porque  desde ese municipio a la Ciudad del Golfo la distancia a recorrer es ocho kilómetros menos.   
 Situación similar se constata con los camiones que transportan pasajeros por la ruta Jiguaní-Bayamo-Manzanillo-Niquero, y viceversa, donde los precios subieron a 25 pesos, pues si monta en Niquero le cobran quince a Manzanillo y diez después hasta Bayamo,  tarifa  que se aplica también a los tramos.      
Chóferes y machacantes  de esos vehículos argumentan que impera la oferta y la demanda y que  ellos  cobran  la ruta y no los tramos, pero se hace ilógico y violatorio que si como pasajero voy para Campechuela tenga que pagar el pasaje como si fuera hasta Media Luna, como  sucede en las más de las veces y no siempre una tarifa estable.
Amparados en la difícil situación que presenta el transporte actualmente, muchos se aprovechan de los momentos cruciales para obtener dividendos  más altos con precios tres veces por encima de lo establecido convirtiéndose en salvadores espontáneos o entes imprescindibles a los viajeros, cuando la realidad nos declara una complicidad aparentemente ingenua.
 Ya no solo está la cuestión del precio del pasaje, sin no también el remate de los machacantes de esos vehículos que por querer cobrar la ruta y no el viaje en sí, amenazan a los pasajeros con NO dejarlos subir al carro y  para colmo exclaman airosos: ¡quéjate donde quieras!.
Actitud que, como hierba mala, comienza a fomentar  enredaderas de una filosofía a lo medioevo de Señores y feudos: Esto es mío y hago lo que quiero, o pagas o te bajas, que a fin de cuenta crea distanciamiento entre los que tienen y los que no tenemos.   
 Escaseces  hay y no se vive de espaldas a ellas, pero tampoco se puede permitir y fomentar que existan personas que quieran imponer sus designios de Rey-creído sobre las necesidades de los demás, con pasajes  por encima de lo establecido y vehículos con capacidad para 50 que viajan con 70.
Y aunque muchas veces los vemos como nuestros salvadores por la celeridad con que  deseamos viajar  para llegar a nuestros trabajos, debemos reflexionar sobre esa falsa complicidad y reclamar el derecho legal a no dejarnos pisotear impugnemente.   

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