Por Rodrigo Motas Tamayo
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Cuando apenas caminamos por los dos
primeros meses del 2011 se hace imprescindible el llamado a las embarazadas
para el estricto cumplimiento de sus responsabilidades como futuras mamás y su
contribución a los distintos indicadores del Programa Materno Infantil.
Si bien es cierto que en el
municipio se realizan ingentes esfuerzos
por dar cumplimiento a lo reglamento para el funcionamiento de tan vital
objetivo, en las propias gestante recae el mayor peso de responsabilidad para
salir airosas en el parto y la vida sana de su futuro bebe.
Junto a su familia, tienen ellas
normas de convivencia y estilos de vida
que asumir para el buen desarrollo del fruto de su vientre, en
cumplimiento de los requisitos y cuidados que se exigen para traer al mundo una
nueva vida, sana y sin complicaciones.
Números recientes evidencian que el Bajo Peso al nacer se comporta con un
ascenso con relación a etapas similares de años precedentes, con un cinco coma
dos para más de una docena de casos en esa situación.
Las incidencias están relacionadas
con infecciones vaginales, riesgos de enfermedades hipertensivas gestacional,
principalmente en pacientes adolescentes y añosas, así como malos hábitos
dietéticos, lo que justifica nuestra aseveración de que son las propias
gestantes las máximas responsables de su conducta y la
culminación de un embarazo feliz.
Todo
el Sistema de Salud manzanillero,
desde sus centros hospitalarios, policlínicas y consultorios del médico de la
familia están en función de la atención priorizada a las futuras madres,
puérperas y recién nacidos.
En esa dirección no solo está lo
concerniente al punto de vista de atención
médica, si no también
tratamientos, consultas, genética y la alimentación adecuada, de ahí el
llamado para que sean las propias embarazadas, junto a su familia, las máximas
responsables de la nueva vida engendrada en sus entrañas.
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