Por Rodrigo Motas
Tamayo
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Con el lema Juntos
podemos lograr cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminaciones y cero
muertes relacionadas con el SIDA, este primero de diciembre
se celebra el Día mundial de
lucha contra esa pandemia.
Ella es en la
actualidad causante de la muerte de más
de 25 millones de personas y sus
implicaciones y secuelas son sufridas por otras tantas, sin distinción de razas,
credos y edades.
Nuestro país es paradigma
de esmerada atención a quienes padecen
el mal y de las actividades que
realizan en pos de fomentar la responsabilidad individual
ante la vida.
De ahí que la celebración de esta efeméride conlleve durante todo el año a
la realización de múltiples actividades encaminadas a fomentar en la población
el conocimiento sobre las consecuencias de tan nefasta enfermedad, y por ende,
a salvar vidas.
Independientemente
de los recursos que el estado pone en
esta dirección, se aboga ante todo por
ganar más en el sentido
de responsabilidad de cada persona, no importa el sexo o la edad, pues
el SIDA como mucho se ha dicho
No tiene cara y puede estar
en cualquier parte o persona, con
mayor incidencia en quienes
juegan con la vida.
La celebración en
Cuba del Día Mundial de lucha contra el SIDA tiene matices diferentes a lo que sucede en otras partes del mundo, donde personas
infectadas mueren sin tener tratamientos aunque sea solo una vez.
Si bien se lucha
por disminuir los contagios, cierto es también que en nuestro país estas
personas tienen mejor calidad y mayores
probabilidades de vida gracias a la atención y tratamientos recibidos.
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