Por  Rodrigo
Motas Tamayo 
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La celebración del Día de la Cultura Cubana, este 20 de
octubre, en reconocimiento a la interpretación por vez primera en público de la
letra de nuestro Himno Nacional en igual fecha en 1868, llena de orgullo a
todos los cubanos de estos tiempos. 
La efeméride motiva para que en cada centro de
trabajo, entidad o instituciones se fomenten y realicen actos y actividades
conmemorativas de tan significativa fecha, en recordación de nuestra génesis de
identidad, cultura y nación, conciencia patriótica y arte.
Llama  la
atención que  algunos olvidemos  qué es lo identitario de nuestra cultura y en
esas actividades permea y se escucha música 
que no es parte  de nuestra
identidad.  Y entiéndase  que no es ir contra la corriente sobre
determinado tipo de música, si no valorar 
cuál es la que corresponde para cada momento.     
Aprovechamos 
para recordar que el tema  lo
hemos abordado en reiteradas ocasiones y de diferentes maneras, y cómo hemos
insistido en que aquellos que operan equipos de sonido (operadores de audio)
tengan muy en cuenta la música que reproducen en esas ocasiones.
Personalmente 
me hiere  que  en espera de actos  políticos, públicos o de terminadas  instituciones culturales propiamente, la
música  que  se propaga no sea la acorde o nuestra,
muy  lejos del contenido de la actividad  en sí. 
Resulta hiriente en un acto político la  ausencia 
de la partitura de Silvio Rodríguez, Carlos Puebla, Pablo Milanés u
otros  que enriquecen nuestra cultura y
sus letras  son parte indisoluble de la
identidad nacional.
El Son, la guaracha, el Danzón, el bolero, la Vieja y Nueva Trova forman
parte  de la idiosincracia de los cubanos
y su presencia en esas actividades siempre es y será  imprescindible  y constituye una necesidad para que los
rectores de esas actividades y operadores de audio  cumplan con nuestras raíces culturales.
Hoy hablamos del Día 
de la 
  Cultura  Cubana
y se  hace  menester 
que  recordemos y  valoremos 
que cultura, conciencia y arte constituyen peldaños de esa gran espiral
sustentadora  de  nuestra 
identidad, patriotismo y la nación.  
La Jornada por tan
importante efeméride, en torno al 20 de octubre, será siempre un pretexto para
la conmemoración y la reafirmación de nuestras más genuinas raíces, principios
y cubanía.
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