viernes, 18 de noviembre de 2011

POR UNA VIDA MÁS SANA

 Por Rodrigo Motas Tamayo rmt
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En el mundo actual la diabetes es una enfermedad que lacera a millones de personas, y pocos se preguntan el por qué a no ser  que el mal les golpee.

Reflexionar  sobre esta situación nos abre el camino para hablar de nuestros hábitos alimentarios, fundamental eslabón para mantenernos alejados de una enfermedad que también es mortal.

Para las personas de hoy, el comer ha devenido en un placer indiscutible, pero hay que ver qué se come, cuándo se come y cómo se come.

La vida dicta que ingerir calorías de manera excesiva (dígase pan, dulces de harina, cereales, viandas, lácteos, alimentos fritos y refrescos artificiales) lleva a un aumento del peso corporal no sustentable a lo que el organismo puede admitir y por ende nos declara obesos.

La obesidad se ha convertido en un mal de estos tiempos, donde abundan comidas rápidas, cargaditas de carbohidratos y sabores, olores y colores artificiales, que a la postre es ¡puro engaño al paladar!

Difícil es resistirse ante una pizza caliente cargadita de queso, o ante un refresco gaseado bien frío, pocos logran controlar los deseos de yantar ante la amenaza de la obesidad y sus consecuencias.

El aumento del peso corporal influye en la aparición de enfermedades como al diabetes mellitus tipo 2, incremento de grasas en la sangre e hipertensión arterial, que a su vez producen trastornos en el sistema óseo y muscular, en el cardiovascular y por supuesto en la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Cifras  recientes  contemplan  que  solo en Manzanillo existen más de Cinco mil  personas diabéticas que reciben  atención priorizada en las áreas de salud, a través de consultas integrales o los tratamientos a pacientes con pie diabético (ulceras).

Sin embargo el verdadero objetivo del programa de atención al diabético es la PREVENCION en pos de disminuir y evitar el padecimiento de esta enfermedad, que solo en Granma tiene  más de 35 mil casos.

Prevenir con educación y hábitos dietéticos sanos, es el recurso a mano para no llegar a enfermar, a lo que se une caminar al menos media hora tres veces por semana, correr, hacer ejercicios aerobios, nadar, montar bicicleta y comer menos carbohidratos y más vegetales, fibra y frutas naturales.  

Nadie quiere ser diabético, eso está claro, porque no tiene cura y puede ocasionar daños mortales en los vasos sanguíneos y los riñones, por solo citar dos ejemplos; de ahí la importancia de saber qué comemos, cuándo y cómo comemos. 

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