miércoles, 29 de octubre de 2008

495 años con alegría y rejuvenecida.

Por Rodrigo Motas Tamayo
Crónica/
Quienes ahora vistamos Bayamo nos sorprende siempre el cambio operado por la ciudad en los últimos años, y es innegable que la invitación a un nuevo reencuentro nos queda calado dentro por volver a la Cuna de la Nacionalidad Cubana.
Modernizaciones sin precedentes dan un halo de modernidad a una ciudad que vestía canas con sus 495 años de fundada, y que ahora, el próximo cinco de noviembre, podrá celebrar su cumpleaños como una sonriente novia y experimentada urbe de singular y patriótica historia.
Transitar ahora por las calles bayamesas es sorprenderse con el encuentro, pues desde finales de los 90 la capital granmense se sacude arrugas y abrió puertas a la construcción y remodelación de más de mil 200 obras en todas las esferas de la vida socioeconómica y cultural.
Claro que entre esas sorpresas cotidianas resalta el encontrarse con coterráneos que ahora sonríen con el orgullo de vivir en una ciudad donde la alegría se reparte y comparte con vecinos y visitantes, una ciudad preñada de historia y con nombres ilustres de hijos que la enaltecieron con sus acciones y sus vidas.
A los bayameses y manzanilleros les atan nombres como Carlos Manuel de Céspedes, Bartolomé Masó, Blas Roca y Celia Sánchez Manduley, razón que fusiona el sentimiento Patria y los rasgos más genuinos de nacionalidad y libertad.
Al Bayamo de hoy le asisten múltiples razones para la fiesta mayor de este noviembre, y a quienes visitamos la ciudad se nos convierte en una sorpresa a la que nos atan recuerdos en la búsqueda constante de su historia y de su himno.

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