miércoles, 29 de octubre de 2008

Razón contra falacias.

Por Rodrigo Motas Tamayo
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Vuelve la humanidad de manera rotunda a rechazar en las Naciones Unidas el brutal e inhumano bloqueo económico de Estados Unidos contra la Mayor de las Antillas, y los hijos de esta isla agradecen con el corazón ese gesto de solidaridad para los cubanos.
Nuevamente el sentir casi unánime de los presentes en las sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas tomó voz propia para decir No a esa infame medida genocida.
En esta décima séptima ocasión en que el tema es llevado a esa instancia, 185 países rechazaron el bloqueo, y tres (casi los mismos de siempre) se pronunciaron en contra de su levantamiento: Estados Unidos, Israel y Palau, mientras que Micronesia e Islas Marshall se sentaron en el banco de los que se abstuvieron.
La verdad es que en los últimos años, desde que en 1992 Cuba abogara por el levantamiento de ese ilegal bloqueo, cada vez más son los pueblos que se unen a tan noble causa, como queda demostrado en esta última votación, un voto más que en 2007 cuando fueron 184 estados.
Lo cierto es que ya para nadie es un secreto las consecuencias que para esta pequeña isla del caribe Implica esa irracional e impuesta medida estadounidense, que en los últimos cincuenta años se erige en miles de millones de pérdidas en la economía cubana.
Fríamente, las cifras tal vez no expresen realmente lo que se ha perdido en cinco décadas, pero cuando se diga la imposibilidad de adquirir medicamentos, productos, materiales y comestibles en el mercado internacional, que por esa medida se ha dejado de comprar equipos sofisticados de la medicina para la atención a la población, y que se nos cierran puertas comerciales con otras naciones, entonces se comprenderá mejor ese bloqueo.
Y más lejos aún se ha llegado con él, al impedir el sostenimiento de las relaciones familiares entre los cubanos de la Isla y los que están en Estados Unidos.
Esta rotunda condena a tan denigrante política de los gobiernos norteamericanos no solo es una victoria más sobre las falacias del Norte revuelto y brutal, es también la razón nuevamente abriendo caminos en el mundo de hoy y estrechando manos entre los pueblos amantes de la paz, la dignidad humana y el respeto a la soberanía de las naciones.

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